El rumor de los clásicos.
Historias que fueron escritas para ser contadas.
Desde un principio las historias en voz alta a la vez que se recitaba se
iban inventando. La voz era el único instrumento de transmisión de
historias. A la voz le acompañaba la expresión
del rostro, la mirada, el ritmo de la voz, así como todo aquello necesario para transmitir las historias con
la mayor realidad posible. La tradición literaria de los pueblos se encuentra
fuertemente unida con la oralidad, y cuando leemos en silencio recuperamos
algunas de esas voces en el momento en el que la imaginación se pierde entre
las páginas de un libro, de eso nos habla el autor Antonio Muñoz Molina.
La primera historia a la que hace referencia el texto es la de Alicia, de
Lewis Carroll en 1862. Trata de un relato de iniciación a un nuevo lenguaje, un
juego de palabras. Otra obra de la que se habla en el texto es la de Peter Pan
y Wendy, de J.M. Barrie. En esta obra habla a cerca de esos días maravillosos y
dulces del pasado, los cuales no volverán a repetirse. A esta historia le sigue
la de Caperucita Roja, de Dickens, uno de los grandes textos de la literatura. En
él se unen el realismo y lo maravilloso, el terror y la magia, la obsesión por
el sexo y la muerte. Aunque en 1815 los hermanos Grimm realizaron una versión modificada.
Tanto Alicia
como Peter Pan son personajes de tiempos diferentes, pero aun así muestran la situación que vive el niño en esa época.
Otra obra de las que se habla en el texto es la de las Aventuras de
Pinocho, de Carlo Colladi en 1881, el cual pertenece a la narración popular de carácter
oral. Desde el comienzo del relato Pinocho está vivo, además de ingenuo es
impulsivo, grosero, egoísta y agresivo, por lo que no se trata de un niño
ejemplar. Es un niño nacido en el pecado original, fue creado para que sus
lectores olvidasen los problemas que en ese momento estaban viviendo, todo ello
lo podían olvidar a través de la imaginación.
La pasión por la niñez erradica en la literatura infantil inglesa, ya que
la infancia para ellos es un periodo de aprendizaje de la vida adulta donde el
niño sigue siendo percibido como bueno e inocente, cosa que hoy en día sigue
presente. La literatura infantil nace contra el pecado original. Desde el
principio de los tiempos los niños han sido un símbolo de inocencia, pero en el
siglo XIX diferentes autores discrepan sobre la naturaleza bondadosa del niño,
ya que la imaginación aporta al niño la posibilidad de acceder a una visión superior
de la realidad que con los años y tras perder la inocencia ya no es posible.
La última obra de la que se habla en el texto, y no es por ello menos importante,
es la del Mago de Oz de Lyman Frank Baum, 1900. El país de Oz es una utopía
donde aparecen personajes tan peculiares como un espantapájaros, un leñador, un
león cobarde y una niña, Dorothy. En este mundo se puede no tener que crecer
nunca.
Hay textos que se construyen a través de una voz, pero la voz deriva de la imaginación.
Es por ello que los clásicos son clásicos
porque en cualquier momento, en el espacio y en el tiempo, son capaces de
integrar en sus voces el rumor del tiempo, no en que fueron escritos, sino en
el rumor de cada tiempo en que son leídos.
Como conclusión puedo decir que a través de este artículo he podido conocer
diferentes obras que consideraba que conocía pero he podido comprobar como
realmente lo que conocía eran sus adaptaciones o modificaciones y no la versión
original. Es por ello que considero que a través de las obras podemos conocer a
los autores y asociarlos con la situación en la que vivían en aquella época, cuáles
eran sus pensamientos, sus inquietudes y la importancia del niño en las
historias con el paso del tiempo.
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