Había una vez una viejecita llamada Clotilde de unos 88
años que vivía en Matola con su nieta Shana de 12 años.
Había una vez una viejecita llamada Clotilde de unos 88
años que vivía en Matola con su nieta Shana de 12 años. A pesar de su avanzada
edad todavía no había perdido la ilusión por seguir estudiando y poder sacarse
la carrera que siempre había soñado, fisioterapia. Buscando información para
uno de sus trabajos conoció a una fisioterapeuta que tenía una clínica muy
sofisticada, que además vendía cosméticos de alta gama en León. Se llamaba
Susana y al cabo de unos cuantos meses surgió entre ellas una gran amistad,
hasta tal punto que le ofreció formar parte de su empresa, pidiéndole que se
hiciera socia. Por eso, Clotilde decidió mudarse de un día para otro a esa
ciudad con su nieta Shana, cogiendo únicamente su ropa y algo de comida para el
viaje.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg9M1SsOMzIuofMr1SLDgD5a3SHE03Qqx9HmKljJpvTLTa-aX12S7JfCSTqZ_KLlgpJ9r_w1Sm30e6JKmgr1opG8ezMEbN8RMKGEkuXXTh2PQ8W3L3kXNj5ceomWx5M6M_nWYlrb9YPBkk/s1600/coche-con-una-rueda-pinchada.jpg)
A pocos kilómetros de iniciar el viaje, cuando pasaban por
Alicante, se dan cuenta de que se les ha pinchado una rueda. Clotilde, muy
asustada, llama al mecánico que viene acompañado por su hija pequeña Leyre de 8
años y de su inseparable osito de peluche. Mientras cambian la rueda, las dos
niñas se hacen muy buenas amigas. Shana le cuenta a Leyre lo triste que está
porque ha tenido que irse de su ciudad y alejarse de sus amigos. Su nueva
amiga, como es profesora y entiende perfectamente por todo lo que está pasando,
para que no se sienta sola le regala con todo su cariño y amor su osito de
peluche para que siempre la recuerde cuando esté triste.
Al cabo de unas horas, Clotilde y su nieta Shana emprenden
de nuevo el camino y se dan cuenta de que está anocheciendo. Como la viejecita
tiene problemas de vista y por la noche no puede conducir, se ven obligadas a
hacer noche en el hostal Madrugá. Cuando llegan les dan habitación en la
planta cinco y al subir al ascensor coinciden con otra niña llamada Lina
de 3 años que, aunque parezca extraño, también es maestra.
A la mañana siguiente, emprenden de nuevo camino a León.
Una vez allí, se disponen a buscar a Susana. Para ello Clotilde la llama y le
pide a su nieta que coja papel y bolígrafo para anotar la dirección. Una vez
que llegan a la dirección indicada se dan cuenta de que no hay ninguna clínica
de fisioterapia. Solo ven un establecimiento con un cartel que tiene dibujado
una mariposa. Clotilde vuelve a llamar por teléfono a Susana y ésta no se lo
coge. Cabreada decide entrar al establecimiento para pedir
explicaciones. Una vez dentro, las puertas se cierran de golpe y se
da cuenta de que es una empresa tapadera, ya que trafican con una especie
que está en peligro de extinción de búhos chinos alvinos. La abuela, anonadada
de lo que acababa de descubrir, intenta llamar a la policía pero los
traficantes no la dejan. Para mantener el silencio de Clotilde secuestran
a Shana y la llevan frente a la jefa, Susana.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgaZ-sqKPAVulb9BArEkcEeOVouyLHovTbbQPPwOZgoKiRHQ_wP0pWjiedPNQEgP6WLiN3UXymOpiufE9kI1FTmDr1QJ4a136SJTR_kMR96Ab42ZD_y6-a5c5W1B8NKBO29oVeEgQIljrY/s1600/images.jpg)
Seguidamente, Clotilde recibe una llamada de Susana para
decirle que si quiere volver a ver a su nieta tendrá que trabajar para ellos y
ayudarles económicamente con la empresa, ya que eran muy pocos socios y el
negocio no puede funcionar así. Por supuesto, todo esto bajo mucha discreción y
en secreto. Pero la sorpresa fue que después de contribuir económicamente con
la empresa, Susana la engañó no devolviéndole a su nieta y la puso a trabajar
empaquetando las cajas con los búhos.
Al cabo de los meses, en un inventario de búhos, se
encuentran por primera vez cara a cara Clotilde y Susana. Clotilde no
puede aguantar su rabia y se lanza hacia ella con la gayata en la mano, pero
Susana tiene la mala suerte de que se le engancha el zapato intentando
huir. Se cae al suelo pegándose un gran golpe en la cabeza quedándose
inconsciente.
Finalmente, Clotilde llama a la policía y al fin recupera a
su nieta. Gracias a la policía los búhos no sufren ningún daño y regresan a su
hábitat natural. Susana acaba en la cárcel por tráfico de búhos ilegales y Clotilde
regresa a su casa con su nieta.
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